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Miércoles, 03 Agosto 2016

Baigorria de Selección

Edgardo Bauza, un pibe de la ciudad a cargo del sueño argentino

 

Edgardo “Patón” Bauza, flamante técnico del Seleccionado Nacional de fútbol, nació en Granadero Baigorria el 26 de enero de 1958, cuando aun en la zona a la ciudad la conocían como Pueblo Paganini. Sus padres fueron Gladis Pagliarolli y Héctor Bauza. Se crió en su casa de barrio Centro de calle Chacabuco al 1200, a dos cuadras de la Comuna, la plaza 9 de julio, la iglesia San Pedro, casco histórico y cívico de la localidad ribereña.

Amó el fútbol y a Rosario Central desde pibe. Según su primo, Jorge, cuando era un niño su padre lo llevaba a la cancha del “Canalla” para ver los partidos de la primera y como no se podía llevar a chicos a la popular lo dejaba con una hermana en el palco de mujeres, que los equipos de entonces solían tener. Dicen que era fanático por el auriazul, vivía cada partido con una pasión, que luego la plasmó siendo jugador y entrenador del club.

Pero aquí en Baigorria, Edgardito daba sus primeros pasos en el deporte, que mueve las mayorías en el país, en el Club Atlético Sportivo Paganini Alumni. En la institución casi centenaria del barrio, él, su hermano Daniel y la pibada de la pequeña localidad semirural todavía jugaban, hasta ponerse el sol, picados eternos, esos que quedan en el alma potrera que todo bien nacido conserva para siempre.

La primaria la hizo en la escuela 127 “Manuel Alberti”, la institución educativa pionera de Paganini, fundada hace más de 120 años. Lo imaginamos último en la fila, con su cabeza sobresaliendo de los demás, serio y bien peinado. Siempre fue “flaco, espigado, un tanto torpe de movimientos”, lo recuerdan los amigos.

Al entrar la adolescencia Edgardo fue a probarse a Central. La Ciudad Deportiva ya estaba en el campo que perteneció a Pedro Rico, en los límites de los barrios Paraíso y Los Naranjo y el río Paraná en Granadero Baigorria.

Cuando tenía 19 años, en 1977, debutó como defensor en el equipo rosarino de la mano de Carlos Timoteo Griguol quien lo había apadrinado durante todas las inferiores. Pero recién en 1979 se afianzó en Central y desde allí fue un ídolo indiscutido.

Su fama deportiva no lo alejó de Baigorria. En los 87’ Bauza participó de una lista de concejales por el Partido Socialista Popular en elecciones legislativas locales. Acompañando la fórmula del partido de la rosa dejó en claro su posición política y su compromiso con la ciudad. Supo decir en una entrevista a la revista Goal que “lo que hicimos, con un grupo de gente, fue tratar de sumar un concejal. Yo no iba a ser electo, pero sí me sumé a la lista por mi exposición. Di charlas y me ocupé de decir que el jugador de fútbol es un tipo normal”.

En junio de 2008 el Concejo baigorriense votó el proyecto del edil (MC) Walter Gómez para declararlo Ciudadano Ilustre de Baigorria. Ya el Patón era “el Patón”. Ya había sido técnico de Central logrando llevarlo a la semifinal de la Copa Libertadores y empezaba una labor victoriosa con la Liga Deportiva de Quito, que llevó a ganar la Copa más representativa de América.

Dice la declaración “Declarase a Edgardo Bauza “El Futbolista más destacado y Máximo Artillero Futbolístico de la ciudad” de todos los tiempos” y agrega “Comuníquese la presente Declaración a la Asociación del Fútbol Argentino (A.F.A.) y al Club Rosario Central de Rosario”.

Edgardo Bauza hace mucho tiempo no viene para Baigorria. Sus viejos fallecieron. Primero Gladis y después Héctor. Sus hijos, Maximiliano y Emiliana, también se fueron del viejo Paganini. Daniel, su hermano, se mudó a Entre Ríos. Aquí quedaron unos cuantos Pagliarolli que lo recuerdan humilde, laburante, honesto. Saben que todo lo que logró lo hizo con trabajo y empeño.

Pero hay algo en nosotros que nos hace sentirlo propio. De acá. De Baigorria.
Orgullo del pueblo que fuimos y de la ciudad que somos.