Martes, 05 Marzo 2013

Lloremos a Chávez

Opinión de Hugo Cravero, director de El Urbano Digital.com

 

Lloremos porque murió Hugo Chávez. Lloremos camaradas, compañeros, correligionarios. Hermanos de esta América inconclusa. Lloremos con todo el grito, con la furia de los que siempre estamos atentos a los cambios precisos.

Lloremos en las villas miserias de los conglomerados humanos del mestizo continente. Lloremos en las selvas dañadas, en las sierras expoliadas, en las praderas emergentes, en las montañas, en los ríos, en los mares. Hagamos la columna vertebral de esta Patria Grande soñada hasta la muerte misma.

Lloremos en la valentía de Chávez, en la firmeza de plantarse ante los genocidas de este mundo chueco. Lloremos por ese hombre que volvió poner en la “agenda” una de las más maravillosas palabras creada por humanidad: Socialismo, cómo única herramienta política posible para salvarnos ya no como país, sino como civilización.

Lloremos demostrando lo que sentimos. Lloremos orgullosos en las calles, en las plazas, en el campo. Lloremos donde lo oímos cantar, recitar poesías, y dejarnos una vez más planificar otro mundo posible para todos. Lloremos porque Chávez volvió a encender la rebeldía donde ya la desolación había destrozado el mañana.

Lloremos como otros lloraron a Eva, al Che, a Cooke, a Perón. A los 30.000 desaparecidos de Argentinas, y las miles y miles de vidas truncas para el beneficio de unos pocos.

Los que no lloran, los que festejan, los que se vieron tentados en volver a pintar “viva el cáncer”, los escribas pusilánimes de la masacre neoliberal llevan en su ADN los genes de Herodes, Poncio Pilatos, Judas Iscariotes y otras lacras.

Pero dejemos que no lloren. Que quede demostrado quiénes son ellos y quiénes nosotros.

Nosotros qué sí lloramos y nos comprometemos en no dar un solo paso atrás.

Ese es nuestro legado, es nuestro deber histórico: Continuar lo que otros empezaron e inmensos como el Comandante Chávez volvieron a tomar como suyo y seguir avanzando a pesar de los pesares.

Fraternos compatriotas del dolor de estas tristes horas. De esta angustia que asfixia en lo profundo. No abandonemos “ni tantito así” esta lucha de clases, motor de la historia. Oportunidad de hacer de la igualdad una meta, un bien común.

Por Chávez, por Latinoamérica, por la raza humana. Por todos los que hoy lloramos y juramos “Nunca menos”.