Tras haber sido codiciados como actores secundarios por diferentes espacios políticos, dirigentes del movimiento evangélico quieren pasar a ser protagonistas y avanzan, en el marco del año electoral, en los primeros pasos para consolidar su presencia nacional.

El 15 y 16 de febrero, en la ciudad de Rosario, se llevó a cabo la asamblea general nacional del partido Una Nueva Oportunidad (UNO), con representantes de 12 de las 14 provincias donde ya está presente este espacio político. Allí se formalizó la junta promotora nacional del partido, con una integración federal, presidida por el diputado provincial Walter Ghione (Santa Fe), secundado por Ana Valoy (Tucumán), Leandro Jacobi (Entre Ríos), Diego Villamayor (PBA) Gabriela Sosa (Corrientes), Roberto Torres (La Pampa) y Óscar Krause (Formosa). Y con el objetivo de que a fin de año varias provincias cuenten con personería nacional.

En el marco de ese encuentro la asamblea decidió “ser parte de un frente opositor al gobierno nacional”, en lo que fue la primera y principal definición política, identificando al kirchnerismo y la gestión nacional como adversario en las próximas elecciones. Después se decidirá la estrategia territorialmente.

“Cada provincia tendrá que interactuar con los espacios que ya vienen trabajando, con libertad de acción para hacer alianzas”, explicó al respecto Ghione, quien integró la lista que encabezó en Santa Fe Amalia Granata.

El movimiento evangélico tiene gran presencia en todo el país, y UNO, además de los territorios mencionados, está constituido en Chubut, Chaco, CABA, Córdoba, Mendoza, Neuquén y Salta. “Necesitamos representatividad, ser parte de las decisiones que nos competen a todos . Queremos ocupar lugares de decisión”, concluyó Ghione.

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